Robin Rodríguez (Dirigente de Vanguardia Popular)
La exclamación de Chávez al conocer los resultados del referéndum del 15 de febrero fue: ¡Dios y ahora que le digo al pueblo!; puesto que la generación de conflictos y hechos noticiosos de manera permanente, ha sido uno de los principios de Joseph Goebbels (ministro d propaganda de Hitler) que el comandante presidente ha aplicado hasta ahora para buscar culpables a las ineficiencias de su gobierno, distraer a la población, desconcertar a sus adversarios y mantener la esperaza en un importante sector del país, sobre los cambios políticos, económicos y sociales que siguen anhelando.
Cambiar la forma del caballo en el escudo, agregar una estrella en la bandera, la afirmación temeraria del envenenamiento del libertador, los conflictos con Colombia, insistir en atentados en su contra, provocar conflictos con los medios, la iglesia y mantener acusaciones contra el imperialismo norteamericano, siendo que esta falsa revolución incrementó la dependencia con las potencias mundiales. Son maniobras que pierden efectividad, puesto que ahora son los trabajadores los que exigen sus reivindicaciones (ente ellos algunos sindicatos oficialistas), los escándalos de corrupción en el entorno presidencial seguirán ocupando la escena política; las protestas contra la inseguridad y la criminalidad sigue creciendo y el aumento de la desilusión en la población, dado a las medidas económicas que le tocará aplicar al gobierno, producto de la mala administración de la bonanza petrolera, la corrupción, la ineficiencia y la falta de productividad nacional.
La perversidad requiere de inteligencia o capacidad de maniobra; Chávez supo canalizar el sentimiento de cambio del pueblo, teniendo para cada momento “un discurso apropiado”. Es un hombre carismático como lo fue Mussolini o Hitler en su momento, con un proyecto personal capaz de recurrir a lo que sea para llegar al poder o mantenerse en el; tal como quedó demostrado en el proceso de unidad cívico-militar entre el 1990 al 1998 (ver el libro Relatos de un subversivo). Los 5 mil civiles acuartelados en varios lugares de Caracas desde el 3 de febrero de 1992 (entre ellos los 60 hombres enviados desde Anzoátegui para ser acuartelados en los sótanos de la UCV), no le fue entregado las armas, alegando que éramos comunistas y su proyecto era bolivariano. Luego de salir en libertad, Chávez se definió seguidor de la TERCERA VIA del primer ministro británico Tony Blair (un capitalismo reformado), logrando con esas posturas, un gran respaldo económico (recordemos los 1200 millones de dólares del Banco Bilbao Vizcaya) y espacios mediáticos en su campaña presidencial el 1998.
Ahora se define socialista y plantea unas tesis que representan un sancocho ideológico llamado SOCIALISMO DEL SIGLO XXI, puesto que sabe que la mayoría de la población optaría por un proyecto diferente al fracasado capitalismo y al neoliberalismo como políticas orientadas a la expansión de los monopolios mundiales. Durante el mandato de Chávez, han convertido a las transnacionales en socios en la explotación de nuestro petróleo y el gas; el sector financiero internacional aumentó sus ganancias mientras que el país incrementó su deuda externa y han quebrado la escasa productividad que poseíamos. Por esta razón, las corrientes progresistas, revolucionarias, nacionalistas y verdaderamente democráticas, debemos articularnos nacionalmente como alternativa ante la debacle de esta falsa revolución y las corrientes reaccionarias existentes en la oposición.
http://www.analitica.com/va/politica/opinion/6553516.asp
La exclamación de Chávez al conocer los resultados del referéndum del 15 de febrero fue: ¡Dios y ahora que le digo al pueblo!; puesto que la generación de conflictos y hechos noticiosos de manera permanente, ha sido uno de los principios de Joseph Goebbels (ministro d propaganda de Hitler) que el comandante presidente ha aplicado hasta ahora para buscar culpables a las ineficiencias de su gobierno, distraer a la población, desconcertar a sus adversarios y mantener la esperaza en un importante sector del país, sobre los cambios políticos, económicos y sociales que siguen anhelando.
Cambiar la forma del caballo en el escudo, agregar una estrella en la bandera, la afirmación temeraria del envenenamiento del libertador, los conflictos con Colombia, insistir en atentados en su contra, provocar conflictos con los medios, la iglesia y mantener acusaciones contra el imperialismo norteamericano, siendo que esta falsa revolución incrementó la dependencia con las potencias mundiales. Son maniobras que pierden efectividad, puesto que ahora son los trabajadores los que exigen sus reivindicaciones (ente ellos algunos sindicatos oficialistas), los escándalos de corrupción en el entorno presidencial seguirán ocupando la escena política; las protestas contra la inseguridad y la criminalidad sigue creciendo y el aumento de la desilusión en la población, dado a las medidas económicas que le tocará aplicar al gobierno, producto de la mala administración de la bonanza petrolera, la corrupción, la ineficiencia y la falta de productividad nacional.
La perversidad requiere de inteligencia o capacidad de maniobra; Chávez supo canalizar el sentimiento de cambio del pueblo, teniendo para cada momento “un discurso apropiado”. Es un hombre carismático como lo fue Mussolini o Hitler en su momento, con un proyecto personal capaz de recurrir a lo que sea para llegar al poder o mantenerse en el; tal como quedó demostrado en el proceso de unidad cívico-militar entre el 1990 al 1998 (ver el libro Relatos de un subversivo). Los 5 mil civiles acuartelados en varios lugares de Caracas desde el 3 de febrero de 1992 (entre ellos los 60 hombres enviados desde Anzoátegui para ser acuartelados en los sótanos de la UCV), no le fue entregado las armas, alegando que éramos comunistas y su proyecto era bolivariano. Luego de salir en libertad, Chávez se definió seguidor de la TERCERA VIA del primer ministro británico Tony Blair (un capitalismo reformado), logrando con esas posturas, un gran respaldo económico (recordemos los 1200 millones de dólares del Banco Bilbao Vizcaya) y espacios mediáticos en su campaña presidencial el 1998.
Ahora se define socialista y plantea unas tesis que representan un sancocho ideológico llamado SOCIALISMO DEL SIGLO XXI, puesto que sabe que la mayoría de la población optaría por un proyecto diferente al fracasado capitalismo y al neoliberalismo como políticas orientadas a la expansión de los monopolios mundiales. Durante el mandato de Chávez, han convertido a las transnacionales en socios en la explotación de nuestro petróleo y el gas; el sector financiero internacional aumentó sus ganancias mientras que el país incrementó su deuda externa y han quebrado la escasa productividad que poseíamos. Por esta razón, las corrientes progresistas, revolucionarias, nacionalistas y verdaderamente democráticas, debemos articularnos nacionalmente como alternativa ante la debacle de esta falsa revolución y las corrientes reaccionarias existentes en la oposición.
http://www.analitica.com/va/politica/opinion/6553516.asp
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