Por Eduardo Casanova
La inseguridad, la inflación, la basura, el desempleo, la ineficiencia de los gobernantes, todos son problemas graves, pero el más grave de todos es la corrupción, entre otras razones porque es una de las causas principales de todos los demás. Por la corrupción de AD y Copei (y de todos los partidos políticos) llegó al poder el teniente coronel Chávez Frías, que prometió acabar con la corrupción, pero, lejos de acabarla, la ha multiplicado, la ha convertido en parte estructural de la nación. Sus parientes, sus seguidores, sus amigos, todos son corruptos, todos se enriquecen con los recursos que deberían ser de todos los venezolanos, pero le son negados en especial a los menos favorecidos porque se los reparten Chávez y sus parientes, sus seguidores, sus amigos, todos corruptos. Pero no todo el país está corrompido. Hay una buena porción que mantiene sus principios y quiere que de una vez por todas se termine con el horror que hemos vivido desde 1999. Y es esa gran porción del país la que puede sacar del poder a los corruptos, mediante el voto. Mediante la elección de gobernadores, alcaldes y miembros de cuerpos colegiados no corrompidos. Los que se niegan a hacerlo, son cómplices, son tan corruptos como el teniente coronel Chávez Frías, sus parientes, sus seguidores, sus amigos, todos son corruptos. No votar, sea cual sea la causa que se aduce, es corrupción, es ayudar a que el país siga en manos de los peores, los corruptos, como lo ha estado desde 1999. Y si esos personajes siguen en el poder, el país no tiene porvenir. Corrupción es podredumbre, y el país está al borde de la destrucción por podredumbre. De la descomposición. ¿Es eso lo que se quiere para los que hoy son niños?.
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