Por Carlos E Méndez
Chávez y los que le han acompañado en esa loca aventura robo lucionaria, son almas atormentadas por el fantasma del golpe. Son como aquellos maridos infieles que no duermen pensando en el día que la mujer les va a pagar con la misma moneda poniéndoles los cuernos en su propia cama. Desconfían de todo mundo, menos del lechero o del panadero. Quieren ponerle a la mujer cinturón de castidad con encajes de habilitante, mientras ellos andan rueda libre por el mundo metiéndose en líos ajenos para pescar mango bajito en rio boliviano. No se contentan con ser infieles, sino que aspiran que los demás gobernantes del orbe lo sean, por aquello de que mal de muchos, consuelo de tontos. En esa trampa han caído hasta los más conspicuos cristianos.
El diablo les da riendas sueltas, pero después les recorta la cabuya para acabar pasándoles factura en moneda dura con intereses de mora en plena caída de la Bolsa. El reino de las tinieblas es como aquel hombre infiel que muere clínicamente y va de visita el infierno y regresa contando maravillas. Pero cuando definitiva e irremediablemente se muere, llega al infierno buscando el bar y las mujeres que conoció, pero un vigilante rojo rojito le dice: Póngase este uniforme colorado, agarre esa raqueta con las dos manos y agáchese a recoger estiércol.
Lo peor de un mal sueño son las pesadillas. Chávez no sale de una cuando ya está en trance en otra. Lo grave del asunto no es que él las sufra puesto que no merece menos por haber sido tan infiel con la democracia que le enseñó a ser libre, más no rueda libre, sino el que ande contagiando a toda la población con sus sueños perturbadores. Ya está como el cuento del pastorcito paranoico y el lobo. El síndrome del 11 de septiembre chileno y el 13 de abril venezolano, lo tienen loco. Al presidente no le basta con jorobar al país con sus peroratas dominicales y a cada instante, sino que también nos encadena en el 2008 para darnos una noticia de vieja data que se produjo, según sello de fábrica, en el año e’ la pera. Para ser más exactos, en el 2005 que fue cuando esos milicos trasnochados se reunieron a respirar por su herida y a soñar despiertos.
http://www.analitica.com/va/politica/opinion/4836883.asp
Chávez y los que le han acompañado en esa loca aventura robo lucionaria, son almas atormentadas por el fantasma del golpe. Son como aquellos maridos infieles que no duermen pensando en el día que la mujer les va a pagar con la misma moneda poniéndoles los cuernos en su propia cama. Desconfían de todo mundo, menos del lechero o del panadero. Quieren ponerle a la mujer cinturón de castidad con encajes de habilitante, mientras ellos andan rueda libre por el mundo metiéndose en líos ajenos para pescar mango bajito en rio boliviano. No se contentan con ser infieles, sino que aspiran que los demás gobernantes del orbe lo sean, por aquello de que mal de muchos, consuelo de tontos. En esa trampa han caído hasta los más conspicuos cristianos.
El diablo les da riendas sueltas, pero después les recorta la cabuya para acabar pasándoles factura en moneda dura con intereses de mora en plena caída de la Bolsa. El reino de las tinieblas es como aquel hombre infiel que muere clínicamente y va de visita el infierno y regresa contando maravillas. Pero cuando definitiva e irremediablemente se muere, llega al infierno buscando el bar y las mujeres que conoció, pero un vigilante rojo rojito le dice: Póngase este uniforme colorado, agarre esa raqueta con las dos manos y agáchese a recoger estiércol.
Lo peor de un mal sueño son las pesadillas. Chávez no sale de una cuando ya está en trance en otra. Lo grave del asunto no es que él las sufra puesto que no merece menos por haber sido tan infiel con la democracia que le enseñó a ser libre, más no rueda libre, sino el que ande contagiando a toda la población con sus sueños perturbadores. Ya está como el cuento del pastorcito paranoico y el lobo. El síndrome del 11 de septiembre chileno y el 13 de abril venezolano, lo tienen loco. Al presidente no le basta con jorobar al país con sus peroratas dominicales y a cada instante, sino que también nos encadena en el 2008 para darnos una noticia de vieja data que se produjo, según sello de fábrica, en el año e’ la pera. Para ser más exactos, en el 2005 que fue cuando esos milicos trasnochados se reunieron a respirar por su herida y a soñar despiertos.
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